Detección Temprana


La detección del TEA se basa principalmente en la observación clínica, en la observación de las conductas del niño, la familia y la relación entre ambos. Estudios previos muestran que las señales más evidentes en el niño durante el primer año de vida implican los dominios de comunicación e interacción social (por ejemplo, la falta de contacto ocular o de imitación), mientras que los intereses sensoriales inusuales y/o comportamientos repetitivos y estereotipados aparecen más tarde, después de los 2 años.

Señales de alerta que no debes ignorar:

  • Problemas para concentrarse.
  • Dificultad en relaciones sociales.
  • Cambios de humor frecuentes.
  • Retraso en el lenguaje.
  • Dificultad para mantener la atención.
  • Comportamientos repetitivos o desafiantes.

Estas señales pueden ser un indicador de que tu hijo necesita apoyo. Una evaluación a tiempo puede marcar la diferencia.